Hoy se cumple una semana desde que la popularidad de nuestro taller de evitación del capazo nos sorprendiera e incluso conmocionara. El ruido obsceno de los tejemanejes de la burguesía catalana y española resuenan sobre nuestras cabezas como si fuéramos niños agazapados bajo la mesa donde tiene lugar la timba.
Como contrapartida, cuelgo dos imágenes: una, un calendario alemán extraído de una vieja revista de muebles y otra, un comic de Robert Crumb en el que éste ensaya una breve Historia de los Estados Unidos mediante los cambios en el paisaje.
Esta última me vino a la cabeza cuando Jaime me habló mientras probábamos sonido de La Decadencia de Occidente de Oswald Spengler, de la inexistencia de una Historia del paisaje. El calendario me fascina por la idea circular del tiempo que tan limpiamente motiva su diseño y al mismo tiempo, por ser tan relativo y falible. Es su dueño quien día tras día habrá de mover las ruletas para habitar el tiempo, que con este calendario ya no discurre inexorable. Es un tiempo del que te puedes olvidar. Un día fabricaré uno de estos y pondré un espejo en el centro.
Es lunes y estoy contento de ser cierto tipo de don Nadie. Me voy a la calle a evitar un capazo.
Javier Aquilué
envezdenada 