He estado casi dos semanas sin WiFi en casa y no he perdido los nervios. Definitivamente aquí va todo a ritmo.
Han pasado muchísimas cosas, voy a intentarlo pero ya aviso que es imposible de resumir.
Estuve en las celebraciones del año nuevo chino; es el año del perro y según contaron en las noticias todas las personas que nazcan a lo largo del mismo serán amistosas, inteligentes y nobles. El día concreto fue espectacular, cortaron varias calles del centro por las que fueron desfilando distintos pasacalles que finalizaban en una amplia plaza con actuaciones de todo tipo.
En la zona del escenario había mucho chino, claro, y vi escenas tan disparatadas como treinta niños chinos botando treinta balones de baloncesto a la vez.

Uno de los pasacalles
Por fin tengo equipo de fútbol, voy a tratar de exponer de forma breve el proceso que me ha llevado a ello. El Benfica era el club apoyado por Salazar, con lo cual lo descarto casi de forma inmediata. Además, le robaron el fichaje de Eusebio al Sporting de una forma muy similar a lo que pasó con Di Stéfano, el Barça y el Madrid.
Eso me dejaba en una clara posición para hacerme del Sporting pero cuando miré la lista de jugadores que han pasado por el equipo… aparecen Figo y Cristiano Ronaldo, entre otros.
Con lo cual me he hecho de Os Belenenses, el equipo más humilde de la ciudad, y sí, lo más malos con diferencia. Casi nadie va a verlos y están al fondo de la clasificación, pero el uniforme y el escudo es bastante chulo, además el estadio me pilla cerca de casa. Mi próximo objetivo es ir a ver un partido de ellos.

Día del año nuevo chino, cerca del escenario principal
A ver, cosas extrañas que me han pasado. El sábado por la mañana salí a dar una vuelta y en una calle cercana, llena de casitas bajas medio ruinosas, estaba uno de mis vecinos tirado en mitad de la carretera.
Eso tampoco tiene mucho de misterio pero lo gracioso es que esa persona es minusválida y estaba poniendo a punto su silla de ruedas, engrasando y tal.
Me acerqué un poco y le pregunté, con todo mi buen acento lisboeta, si necesitaba ayuda, a lo que me respondió que le llevase cerveza, se faz favor. Me acerqué a un badulaque cercano y le compré una litrona. Y ahí estuvimos la siguiente hora, yo bebiendo cerveza, observando como mi vecino ponía a punto su vehículo. En más de una y de dos ocasiones la sensación de extrañeza fue tal que parecía parte de un sueño.

El backstage del año nuevo chino
Otra: La semana pasada mientras iba al trabajo vi a dos personas perseguirse y pelearse. Muy violento. Dos ancianos se acercaron a la escena. Mi recorrido pasaba de forma inevitable por ahí, cuando llegué pregunté a los ancianos si iba todo bien, aunque era evidente que no.
Uno de ellos me lanzó una mirada que se podría traducir como “déjanos en paz, ¿no ves que estamos disfrutando al ver a estos dos negros pegándose a muerte?”. Así que seguí mi camino y llegué al trabajo un tanto desconcertado. Después me contaron que esa calle por la que había pasado es un sitio habitual para ese tipo de escenas. Tal vez esos dos ancianos eran unos voyeurs de la ultra violencia.
Por lo demás, sigo investigando el Piu de la ciudad. Aunque claro, habría que definir Piu. Seguramente me voy a equivocar pero yo lo intento.
Piu: Dícese de la capacidad o medida intrínseca necesaria para cambiar de manera positiva cualquier situación y la cual forma parte de todo objeto y persona en un estado latente.
Es decir, cuanto más Piu mejor. Y Lisboa tiene mucho Piu.
Ya he ido a varios museos, he recorrido casi todo el mapa de la ciudad y visto varios conciertos.
Además estoy haciendo un curso de portugués, cada vez lo entiendo más, incluso en algunos momentos se me ha llegado a mezclar el español con el portugués, en plan cortocircuito, pero claro, digo yo que es normal.
Ahora me voy a dar una vuelta por un mercadillo cercano a casa, tomaré el vermut y volveré para comer temprano.

El paseo del pasado domingo
El tiempo está pasando deprisa.
¡Un abrazo!