Se me ha roto un bote de mayonesa al abrir la nevera deprisa. Creo que el problema es debido a que lo pongo en uno de los estantes de la puerta. Y no, no es la primera vez que me pasa.
Me he pegado un buen rato tratando de limpiar el desastre, sintiéndome un poco el Señor Lobo de la cocina.
Después he necesitado dar un paseo, mi barrio cada vez me gusta más, hay una mezcla de ancianos y juventud, apenas veo personas de mediana edad. Pero dentro de la comodidad hay varias cosas que me llaman profundamente la atención.
Una es la numeración de las calles, no logro entenderla. Pasan del número 3 al 16 en un instante. Numeran ventanas y espacios sin puertas. Ser cartero en esta ciudad debe ser todo un reto, o tal vez demasiado sencillo. No tengo claro que lleguen todas las cartas.
Otra es que los semáforos no parpadean cuando van a ponerse en rojo, pasan de un estado a otro de inmediato. Así me ha pasado que muchas veces me ha pillado en mitad de un largo cruce con los coches a punto de arrancar.
Los conductores de autobús son estrictos, solo puedes subirte en el vehículo desde determinado punto de la parada, si estás más adelantado, aunque sean cinco metros, te señalan la zona adecuada.
Los cajeros automáticos dispensan el dinero al doble de velocidad que un cajero español, lo cual choca mucho con el prototipo portugués de calma y relax.
Y por último, la revista Hola está en el 90 % de los kioscos. Al principio pensé que sería casualidad pero cada vez que veo un kiosco me paro a ver si la tienen y ahí está.
Pregunté a un compañero de trabajo portugués si sabía el motivo y me dijo que como aquí no tienen realeza ni famoseo pues que esa revista ha agarrado bien en cierta parte de la población. He estado muy tentado de comprarla en un par de ocasiones.
Aparte de eso he tenido varios sueños extraños, en uno de ellos recuerdo que estaba en una odisea para llegar ir al aeropuerto porque llegaba Marta y yo quería llegar pronto. En otro iba caminando con Orencio por una de las calles principales de Lisboa, la sensación era muy similar a la de hacer un Coso.
Por cierto, gracias a Orencio he conocido a Iván, un venezolano que vive en Lisboa y me está enseñando la ciudad. El otro día me presentó a su mujer y a sus hijas y después nos fuimos a un concierto. Hemos conectado de forma inmediata, los dos decimos que es debido a “la química Boix” y después nos echamos a reír.
El día que le conocí, cuando estábamos dándonos cuenta que nos íbamos a caer bien aparecieron dos fotógrafos profesionales o estudiantes de foto, no lo tengo claro, el caso es que iban con un buen equipo e iluminación y nos pidieron si nos podían echar una foto. Nos quedamos sorprendidos y les dijimos que sí. Días más tarde vimos el resultado. Como le dije a Iván, había que certificar el encuentro de forma fehaciente.
Sigo sin equipo de fútbol, la polarización que hay en la ciudad (Benfica vs. Sporting) no me termina de gustar. Es un dualidad que se extiende a diferentes ámbitos, sin ir más lejos a la cerveza. Hay dos marcas reconocidas, Sagres y Super Bock, pues bien, la primera patrocina al Benfica y la segunda al Sporting y parece que esa militancia se ha de llevar hasta sus últimas consecuencias. Yo he probado las dos cervezas y no he encontrado mucha diferencia entre ellas como para decantarme por ningún equipo.
Otro día os tengo que contar la cantidad de tiendas o referencias españolas que hay por aquí, en estas semanas ya he visto un Decathlon, El corte inglés… incluso un 100 montaditos.
Pero será, quizá, la semana que viene, ahora tengo que ir al supermercado para hacer la compra de la semana. No creo que compre ningún bote con salsa.
Um abraço!
Antonio Romeo
envezdenada 