Hace unas horas, al regresar a la ciudad hemos visto a lo lejos una columna de humo gris elevándose entre los edificios. De cerca se veía densa, compacta y amenazadora entre los edificios, sus grumos clonándose hacia arriba, como una de esas hiperreales, hiper-enfocadas animaciones digitales.
Esta es una tarde bochornosa, la tormenta se cierne sobre la ciudad como una chapa metálica del mismo gris plomizo que la columna de humo; como si todo se tratase de un trasvase tierra-cielo-tierra.
Del color gris de la roca viva en alta montaña, ilustro estas líneas con la visión resultante de enfrentar por la cumbre la Peña Foratata del Pirineo oscense, y el Pico Midi d’Ossau francés.
Javier Aquilué