Un nuevo paseo por la Huesca más deportiva*.
Estoy escribiendo más que nunca y en ocasiones pierdo un poco el plano de la realidad en el que hago otras cosas.
Como por ejemplo, pasear.
El otro día, saturado de tanta acumulación de ideas y tras demasiadas horas redactándolas, salí de casa para estirar las piernas.
Me reoriento dando vueltas sin rumbo, además, me ayuda a descubrir rincones o evocar algún recuerdo.
En esta ocasión el rincón fue uno de los más desconcertantes y bellos que puede haber en la ciudad.
Se trata del escaparate de una peluquería.
A primera vista no se aprecia nada extraño, fotografías de modelos con cortes extravagantes, vinilos decorativos con forma de tijera y peine, y poco más.
Aquí viene la rotura. En el establecimiento al que me refiero, aparte de todos los productos típicos, hay una pizarra que también hace las veces de tablón de anuncios.
Bah, nada raro, ¿no?
Bueno, si paras a observar con detenimiento quizá sí.
Está conmemorado por completo a la figura de Fernando Alonso, piloto de Fórmula 1 que ayer domingo participaba en el GP de España y tuvo que abandonar, pero que no es oscense ni guarda ningún tipo de relación con la ciudad.
Es puro fanatismo.
Por la colocación de los recortes y las fechas, entiendo que debe ir modificándolos con el paso del tiempo. Ese es un hecho que me fascina, ver al dueño de la peluquería, en el interior, hojeando el periódico, decidiendo qué recortes pueden quedar mejor en su tablón, tijera en mano y con una pequeña sonrisa en la cara, reelaborando su collage.
No voy a dar la localización exacta de la peluquería para que a partir de ahora, cada vez que veas uno de esos escaparates te fijes en las pequeñas locuras que puedan aportar, y quizá así, tras unos meses de entrenamiento, llegues a un punto en el que visualices una peluquería cuando enfoquen a Fernando Alonso. O no, pero bueno, eso qué más da.
Si te diré que unos metros más tarde, dentro de mi caminata, me topé con el Palacio de Deportes. (No sé si es una pista sobre la localización de la peluquería o todo lo contrario).
Aturdido aún por el panel de noticias de Alonso, iba yo pensando en los ídolos, en los ascensos y en las caídas. En los fanatismos y decepciones que eso genera.
Y pensé que para decepción la de ese edificio, construido para albergar los partidos ACB del peñas, pero que con el descenso del equipo tuvo que reinventarse.
Primero como espacio para conciertos musicales y por suerte, desde hace unos años, en él se disputan partidos del BADA Huesca. (Sí, el peñas sigue disputando partidos, pero no en máxima categoría, que era uno de los preceptos iniciales).
En pleno mejunje, y dentro del pensamiento de los ídolos caídos tuve un flash, un recuerdo poderoso y como no supe si era fruto de la deshidratación ante tanto paseo o qué, tuve que ir a la hemeroteca para comprobarlo.
Sí, Urdangarín antes de caer a los infiernos, en su etapa de jugador de balonmano, disputó un partido en Huesca, siendo el centro de atracción de toda la ciudad.
Y sí, estos recortes en cierta forma me convierten en una especie de peluquero del Internet.
Luego pensé que quizá ese instante, el de Urdanga por Huesca, fue el germen iniciador del fanatismo por el balonmano en la ciudad, no lo sé, seguí caminando, intentando regresar a casa y mezclando imágenes de peluquerías, duques y pilotos de fórmula 1, creyendo que guardan algo de relación entre sí, aunque no lo logre articular muy bien.
Me gusta pensar que en su día, en alguna parte del mundo, hubo otro peluquero precursor que decidió conmemorar su escaparate a la figura del jugador del F.C. Barcelona y sigue modificando los recortes y las fotos por una rutina loca que no recuerda muy bien cómo empezó y allí sigue, sin saber muy bien cómo parar.
Tengo que salir más a menudo a pasear.
*He intentado redimensionar la foto con la que se inicia este post a un tamaño menos agresivo, pero al final me he dado por rendido, y tras varias vistas previas le he cogido cariño, con que así se queda.
Antonio Romeo