Estamos preparando la tercera edición de Romería y Desengaño. El ritual accidental, la brecha definitiva.
De momento, solo podemos adelantar que se celebrará en Huesca el próximo 25 de abril. Antes de seguir, consideramos imprescindible proponer un acertijo.
Contempla la imagen abocetada sobre este texto.
Se trata de una idea descartada para el cartel de esta tercera edición. El comité de dirección del festival prescindió de ella arguyendo que se anulaba a sí misma. Dos expertos en semiología, uno de ellos mexicano, han sido incapaces de desentrañarla, de conectarla con su intención original, refrendando de algún modo al comité.
Si picas sobre la figura, se vuelve más grande y ocupa casi toda la pantalla. Quizá eso te ayude. Quizá no.
Te invitamos a lanzarte a los abismos de la interpretación. Déjanos un comentario o envíanos un email, un SMS, un WhatsApp, lo que sea, y ejercita la producción de sentido.
¡Lector! ¿qué significa para ti este dibujo?
La argumentación o el delirio más poderoso si lo hubiera, acaso el que se acerque más a la determinación inicial con la que fue concebido el apunte, obtendrá una recompensa de nuestra parte.
El premio está directamente vinculado con el enigma, así que tampoco lo revelamos. Mierda sobre mierda. Misterio sobre misterio.
Romería y Desengaño ha comenzado.
Una mujer baqueteada pero contenta y un hombre apocado se encuentran en la calle, viniendo cada uno de sus compras. Ella lleva una planta o unas hortalizas. Él una barra de pan. No se pueden dar la mano porque se les caerían las compras, pero por otro lado, si viven en un pueblo, como parece (¿por el mobiliario urbano tan parco?, ¿por el calzado?), los hombres y las mujeres no se saludan estrechándose la mano. Y sin embargo, si viven en un pueblo, pequeño y con pocos habitantes, ¿por qué se sorprenden de verse? ¿por qué celebran algo tan habitual deteniéndose precisamente ahora, pudiendo hacerlo en cualquier otra momento, dado que las probabilidades de encuentro son bastante altas? Parece que están esperando el autobús o quizá estén esperando la barca que les cruce el río como en el acertijo del zorro, la oveja y la lechuga.
¡Pero un momento! La bolsa de papel de la mujer, llena de acelgas, se está transformando en otra cosa. Primero en zanahoria monstruosa, pero…
Un hombre atribulado sostiene un mechero gigante con el que no acaba de encender, porque no lo sostendría así después de los aparatosos movimientos necesarios, la mecha del cartucho que lleva entre los brazos una mujer algo mayor que él, y más tranquila.
Enhorabuena
https://envezdenada.com/2015/04/13/arreglos-y-soluciones/
Evidentemente, se trata de una escena previa al día de Todos los Santos. Felisa viene de la floristería de comprar las tenebrosas «Crestas de Gallo» para que luzca la tumba de su finado esposo, que ha pulido y escoscado como dios manda para que ninguna vecina le ponga falta. En estas se encuentra con Teodoro el yesaire, que va a blanquear el mausoleo de la casa grande del pueblo. Como cada 1 de noviembre, después de refitolear los nombres de los difuntos del año, vuelven a cruzarse con un «No somos nadie».
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Yo creo que son el Circulo Oscense de Podemos sorprendidos al comprobar que a la hora de materializar la candidatura la gente desaparece y se han quedado solos. Las bolsas son lo que cada uno lleva para organizar la fiesta-mitin de presentación de la candidatura .
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