Huesca, 19 de Noviembre de 1993.
El boxeo tiene cierta belleza, la imagen de ver a dos personas intentando derribarse tan solo con la ayuda de sus brazos me produce fascinación, pero he de reconocer que como deporte es bastante difícil de seguir.
Lo primero porque no existe un campeón mundial, debido a la gran cantidad de asociaciones que hay, lo que existe es el título de ganador en cada una de ellas.
Aparte, la gran categoría de los pesos pesados, históricamente la más importante, lleva más de diez años dominada por los hermanos Klitschko, lo cual, a pesar de ser un logro sin precedentes, ha reducido las dosis de grandes combates al pactar los dos hermanos con su madre el no enfrentarse entre sí. Vitaly Klitschko es campeón de los pesos pesados en las asociación WBC y Wladimir Klitschko en las IBF, IBO, WBO, The Ring y WBA.
Para el próximo mes de mayo hay un gran combate programado en la categoría superwelter entre Pacquiao y Mayweather, una pelea que ha despertado de nuevo cierto interés en este deporte.
En España, hace ya bastantes años, se han dejado de lado las retransmisiones televisivas de boxeo, y eso que el país cuenta con una larga tradición de grandes campeones como Urtain, Perico Fernández, o el más reciente, Javier Castillejo, los cuales generaron bastante afición.
Hubo un tiempo en el que en España era normal hablar de boxeo, a principios de los 90 Poli Díaz estaba disputando el título mundial de los pesos ligeros WBC, WBA, IBF.
Perdió el combate y comenzó la decadencia personal de Poli Díaz, pero las ganas por parte del público de boxeo seguían intactas, así que se organizaron peleas a lo largo y ancho del país, muchas de ellas retransmitidas por Antena 3 y Telecinco, cadenas de televisión que estaban dando sus primeros pasos.
Una de esas veladas tuvo lugar en Huesca en el año 1993, con cinco combates en la misma noche y teniendo como gran atracción la disputa del título mundial de los pesos ligeros Mundo Hispano de la WBA. Un título que permanecía vacante y contaba entre sus anteriores poseedores con Javier Castillejo.
Casi dos mil personas se dieron cita en el antiguo Palacio de los Deportes de Huesca, con entradas que fueron entre las 1.000 pesetas el asiento de grada a las 5.000 el asiento de ring.
Una jornada organizada por el Peñas Oscenses, y apoyada por la cadena Telecinco y el promotor madrileño Ricardo Sánchez Atocha. Telecinco emitió en diferido al día siguiente un resumen con los mejores momentos y por fortuna, alguien ha tenido el detalle de subir la grabación a Internet.
Como dato añadido decir que se cursaron invitaciones para Javier Castillejo y Poli Díaz, aunque no he podido comprobar si llegaron a acudir a la cita.
Lo cierto es que Castillejo estuvo a punto de pelear por el título europeo de los pesos superligeros en Huesca, hecho que reveló el promotor de la pelea en la presentación de la velada, unas semanas antes, en el Hotel Pedro I:
“Hemos ido a una subasta con los franceses y nos han ganado. Pero hemos impugnado la subasta y aún hay esperanza de poderlo disputar aquí”.
Ese combate, finalmente se disputó en Enero de 1994 en la localidad de Dijon, Francia. Y Castillejo se proclamó campeón europeo.
Pero volvamos a Huesca, la gran pelea de la jornada del 19 de Noviembre, como ya he dicho, fue el combate por el título de campeón Mundo Hispano, una pelea disputada por Oscar Palomino y José Carlos Cantero.
Palomino, apodado la “Batidora de Gava”, llegaba como favorito, por edad y su rápido ascenso, habiendo participado incluso en los Juegos Olímpicos de 1992, aspecto que le ayudó en su logro de púgil del año de 1992, no sin polémica.
En esa época, ajeno a todo tipo de comentarios, ya tenía clara cuál era su mayor ilusión:
“El camino es difícil, a mi madre la llevo loca con esto del boxeo, pero estoy convencido de que una día me va a ver ahí arriba. Voy a llegar”.
En el pesaje, los dos aspirantes dieron la misma cantidad, 61,200 Kilogramos y dieron unas cuantas declaraciones previas para calentar el ambiente, así, Cantero dijo abiertamente:
“Creo que el combate no llegará hasta el final ya que se puede acabar en el séptimo u octavo asalto, todo lo más, pese a que nunca he visto a Palomino. Sé que es técnico y fajador pero no pegador mientras que yo soy fajador, con cabeza y pegador.”
Palabra de boxeador.
Tras los doce rounds pactados y sin KO de por medio, el combate se fue a los puntos, donde en una decisión tomada por la mayoría, los árbitros proclamaron campeón a Oscar Palomino, para quien tal vez fue su mayor hito deportivo y logró defenderlo hasta cuatro ocasiones más.
Para los más curiosos, aquí tenéis el resumen de la pelea:
El director de Servicios Generales de Telecinco, José Ignacio Rodríguez, se mostró plenamente satisfecho:
«Ha sido una velada espléndida y los combates, soberbios. Telecinco está en la línea de acercar el mundo del espectáculo y del deporte a todos los rincones de España. Huesca no podía ser una excepción. ¿El futuro? El futuro nunca está escrito, hay una línea de diálogo y colaboración que habrá que seguir manteniendo y si la afición oscense responde así, podremos mirarlo con mucho cariño».
Hace ya 22 años.
Notas:
1) El título del post es un pequeño guiño al documental “When We Were Kings: Cuando éramos reyes”, en el que se narra el mítico combate entre Muhammad Alí y George Foreman del año 1974.
2) La fotografía con la que arranca el artículo corresponde a un deporte llamado Chessboxing, lo descubrí de casualidad mientras estaba buscando imagenes que pudiesen ilustrar este texto, en realidad no corresponde para nada con lo que viene a continuación, pero no podía callarme el hecho de saber que existe un deporte en el que los dos adversarios juegan una partida de ajedrez y acto seguido se parten la cara a mamporros.
3) Feliz lunes.
Antonio Romeo