Si de niño prefería a los Reyes Magos frente a Papá Noel, es porque éstos formaban un equipo. El orden que se sigue al enumerarlos, el mismo orden en que se los coloca en fila en los belenes, no me parecía que explicitase jerarquía alguna. Cada uno tenía una personalidad y un carisma autónomos, y por lo visto es la tradición popular, y no la Biblia, la que marca que fueran tres. Los Reyes, y sus pajes y camellos, eran para mi una caravana que se embarcaba en un largo periplo en el que, forzosamente, habrían establecido los vínculos propios de unos compañeros de viaje.
Hoy dedico el post a En vez de nada, un grupo de gente con el que en 2015 cumplimos 7 años de (voy a poner la palabreja) singladura. También a todos aquellos que han colaborado en el proyecto, y a los que están por venir. Este año los Reyes no traen algo, traen EN VEZ DE NADA.
Javier Aquilué