HISTORIA Y ELECCIÓN

La semana pasada fuimos hasta su casa en Pallaruelo de Monegros para conocer a Gregorio Lombarda. Nuestra visita, con la que habíamos fantaseado previa y ampliamente, tenía algo de encuentro con el gurú. No lo voy a negar, estábamos muy nerviosos.

Gregorio Lombarda ha colaborado en un par de ocasiones con En vez de nada,  pero no nos conocíamos personalmente. Quizá por ello decidió invitarnos a comer un ternasco al horno regado con una botella de sambuca. Un maridaje imposible dijo.

Lombarda (Otranto, 1943)  vive solo, retirado en los Monegros, tierra que conoció en los años sesenta durante su luna de miel y por la que quedó profundamente conmovido. En esa misma década, emigró a EEUU, país de origen de su difunta mujer. Ha trabajado como profesor de italiano en el Italian Cultural Institute, primero en Nueva York  y después en Washington. Y sobre todo, a eso fundamentalmente se debía nuestra visita, ha sido un cineasta apasionado, cuya obra consiguió afectarme hace ahora catorce años.

Fue en un festival de cine ambulante en el medio rural, donde tuve la posibilidad de ver algunos de sus cortometrajes. Todos comenzaban con el logotipo de la Amateur Cinema League  y una sintonía a base de sintetizador Moog completamente cautivadora. Recuerdo especialmente un corto titulado Historia y elección que recogía varias estampas neoyorquinas. Las imágenes estaban viradas a un naranja tenue y una voz en off horadaba cada plano con reflexiones sobre la escritura, la incapacidad de transmitir experiencias y la imposibilidad de compartirlas.

Lo cierto es que durante la comida, Gregorio se mostró poco comunicativo. Respondía con evasivas a mis preguntas sobre sus películas, y dijo que no pensaba ni digitalizarlas ni volver a proyectarlas. Sólo él custodia copias de las mismas. No me atreví a pedírselas.

En una visita al baño, en el bidé, observé un cuaderno de notas abierto. No pude reprimirme y aunque no me atreví a tocarlo, sí leí la página que permanecía al descubierto.

Pallaruelo de Monegros, 23 de abril.
DOMINIQUE CHATEAU. Cine y filosofía.
Intención filosófica en un film,  dos aspectos a discutir:
1. ¿Filosofía aplicada o verdadera meditación?
2. ¿Es un film filosófico por el tema que trata o por la manera de tratarlo?

Ya en los postres, le confesé mi indiscreción. Me dijo que no pasaba nada. Que si quería, podía hasta contarlo, pero que pensara cómo.

Esa misma noche, soñé que él y yo dialogábamos:

– El cine piensa por sí mismo.

– Orencio, eso non è possibile.

– No es el director, no es el personaje, ni el espectador; el cine es el pensamiento.

– Orencio, non è possibile y menos en sueño banale como éste.

Orencio Boix.

Un Comentario

  1. Pingback: NON È NECESSARIAMENTE VERO | envezdenada

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: