El caso que hoy nos ocupa es el más «modliniano» de mi colección, y de hecho siempre me ha producido cierta incomodidad poseer estas imágenes. Fueron también una donación de Antxon que, como Paco Gómez, encontró una buena cantidad de fotos e incluso rollos de película recién tirados en un contenedor de obra en Zaragoza.
La protagonista es una chica llamada Sabina Frohberg, de origen germano-colombiano. Hay un anuario de un colegio privado estadounidense en Barranquilla, y las fotos no dejan lugar a dudas de que pertenecía a una familia acomodada. Hay fotos de navidades nevadas, visitas a museos, un reportaje fotográfico semi-profesional con ella como modelo… La colección cubre una etapa entre la adolescencia y la juventud, y la chica cada vez parece más emancipada. Incluso hay fotos con algún novio bohemio melena al viento. También hay algo de correspondencia, postales en alemán, inglés y castellano; en una de ellas, un ex novio le confiesa estar dolido por el final de su relación.
El cómo llegó toda esta documentación de la vida de alguien a un contenedor del centro de Zaragoza es algo que sigo sin explicarme, y es inevitable imaginar alguna concatenación de acontecimientos tristes detrás de ello. Antxon llegó a visionar alguna cinta de super 8 y, apabullado por su intimidad, las volvió a tirar. A mi me dio los álbumes, que le quemaban en las manos. No seré yo quien los tire desde luego, pero si por algún casual alguien los reclama legítimamente algún día, estaré encantado de cedérselos.
Javier Aquilué