<<El vigor, convincente por sí mismo, de «lo dado», como dice tan magníficamente la metafísica, tanto en un libro como en la vida, debería excluir por siempre cualquiera de las escapatorias de la necia fantasmagoría simbólica e incitarnos de una vez por todas a un acto decisivo de purificación>>.
Julien Gracq, En el Castillo de Argol
Imagen: Thomas Girtin. La Casa Blanca de Chelsea (1800)
Un recuerdo a Julien Gracq que -ejem- rechazó el premio Goncourt en 1951.
Feliz Lunes post-periférico amigos.
Javier Aquilué