<<Tu padre y yo nos hemos dado cuenta de que antepones tu jubilación a tu carrera artística>>.
La madre de Van Dyke Parks, citada por éste en su entrevista a Rockdelux (RDL 309)
Somos usufructuarios de nosotros mismos. Responsables de nuestras acciones, de nuestra pugna por poner en escena cierta esencia individual. Ahora bien, nunca dueños de su recepción, de su impresión en la película subjetiva del otro, de la sombra mnemónica que proyecta nuestro cuerpo sobre el mundo. A veces, ni siquiera conscientes de ese rasgo, de ese tic tan característico, de ese giro lingüístico con el que introducimos una opinión. Y si nuestra actividad vital llega a materializarse, a fijarse de algún modo en objetos, en relatos o en imágenes, estos rastros formarán por sí mismos un doble más narrable y más congruentemente físico que nosotros mismos. Tan solo estornudamos los signos, y nos conoce quien se contagia.
No dejarnos succionar por el torbellino centrípeto de nuestras personalidades, que nos proyectan constantemente hacia un futuro improbable; tampoco creer excesivamente en un aquí y ahora plagado de necesidades y deseos; desoír por sistema a cualquiera que apele al “sentido común” y a lo que “es de recibo” (ya sabéis a quiénes me refiero). Deseablemente, no preferir no hacerlo…. Aunque tratando de conocer la verdad sobre qué significa “hacer”.
Texto e ilustración de Javier Aquilué: Retrato de Van Dyke Parks (2012)