Una crónica desde los Juegos Olímpicos.
Nos costó bastante llegar a Pau, es un tío muy solicitado. Demasiadas trabas por parte de la federación. Tan solo nos dieron dos pases de prensa, el de C. A. y el mío. Ibamos en busca del sueño oscense, hacer un coso con Pau. Le pillamos en plena faena.
Gasol estaba preparando los gestos para la ceremonia en la que es nuestro abanderado. Aún no tenía la bandera para ensayar, así que le entregamos la que nosotros habíamos comprado para hacer un coso con él. Pau necesitaba ensayar. Todo por España.
“No me jodáis, que esta es de los chinos, está desproporcionada y no es constitucional, a mí no me engañáis, soy marca España”.
Aún así y ante la falta de otra bandera se la quedó. Pau Gasol no iba a poder dormir con el tema de los tercios. Nos lo confirmó al día siguiente Juan Carlos, su compañero de habitación. Se pegó toda la noche bailabailabailandoba, bailabailabailandojey. Midiendo nuestra bandera. España en la retina. Demasiada presión.
Volvimos a verle por la mañana, nuestro objetivo era pactar el coso un par de días después de los Juegos. Pau sacaba mala cara. El sudor frío de Pau. Estaba con las llaves de la habitación en la mano. Su casa durante el próximo mes. Con las llaves en la mano y el sudor cayendo a jarros. Pow. Ahora todos le siguen. Foloudelida. “Pau, a las once tienes otra entrevista”. Otra. Y él con una bandera de los chinos, con los tercios desproporcionados. De pronto su mirada melancólica se pierde más allá de la ventana y dice:
“¿Qué imagen voy a dar a los niños españoles? Dime, Cristo, ¿es esto lo que quieres de mí? ¿Mostrar la imagen de un país desbarajustado hasta para mostrar su propia bandera?”
De la autopresión generada Pau entra en trance, se desmaya, vomita, retoza y en un loop crepuscular no para de repetir:
“Hola chicas, hace un mes y medio que estoy operada, pero la prótesis del pecho derecho es como si no estuviese bien colocada, al tocarme siento algo raro, me lo noto mas raro que el otro pecho, he pensado llamar mañana al ciru, ¿qué opináis?”
PAU GASOL DICIENDO ESO EN BUCLE.
No sabemos qué hacer, empieza a estar completamente cubierto por su propio vomito. En ese momento aparece la comitiva gubernamental en la habitación del hotel. Quedan pocas horas para el inicio de la ceremonia en la que Pau es abanderado. “Estamos en los malditos Juegos Olímpicos Pau, deja de hacer el gilipollas”. No hay manera de sacarle del bucle. Está torero. Insiste que nota algo raro en la prótesis del pecho. Wert se pega un manotazo en la calva. “Esta vez la hemos cagado pero bien, los franceses nos lo han dopado”. Se baraja la posibilidad de llamar a un exorcista.
Nos echan de la habitación.
Seguiremos informando.
Antonio Romeo